Adaptar los materiales Montessori a cada etapa evolutiva optimiza el aprendizaje infantil

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Metodología Montessori: Adaptándola a los diferentes estadios del desarrollo infantil

La pedagogía Montessori entiende el aprendizaje como un proceso construido por el propio niño a través de la interacción con el entorno. Para que este enfoque tenga éxito, es clave adaptar los materiales y actividades a los estadios del desarrollo cognitivo infantil.

 

En este artículo analizaremos las etapas psicológicas que identificó Jean Piaget y veremos cómo la metodología Montessori se ajusta a las necesidades formativas de cada una.

 

Las etapas del desarrollo cognitivo 

Según Piaget, en la evolución mental infantil se suceden cuatro grandes etapas:

 

Etapa sensoriomotriz (0-2 años)

El bebé conoce el mundo a través de los sentidos y reflejos. Desarrolla la noción de objetos permanentes y adquiere habilidades motoras.

 

Etapa preoperacional (2-7 años)

Surge el lenguaje, la representación mental y el juego simbólico. No distingue fantasía y realidad. Es egocéntrico.

 

Etapa de operaciones concretas (7-11 años)

Realiza operaciones lógicas aplicadas a objetos concretos. Supera el pensamiento egocéntrico.

 

Etapa de operaciones formales (12 en adelante) 

Desarrolla el pensamiento abstracto y la metacognición. Es capaz de resolver problemas lógicos e hipotéticos.

 

Montessori respeta estos estadios y sus características específicas a la hora de diseñar materiales y entornos de aprendizaje. 

 

Adaptación a la etapa sensoriomotriz 

Los bebés de 0 a 2 años se encuentran en la etapa sensoriomotriz donde exploran y conocen el mundo que les rodea a través de los sentidos y la acción física sobre los objetos. Por ello, necesitan un entorno preparado con abundantes estímulos sensoriales y motrices. 

 

En primer lugar, es importante proveer un espacio seguro con amplia libertad de movimientos, donde puedan gatear, caminar, manipular elementos e interactuar sin riesgos. Además, una cama Montessori baja y accesible les permite entrar y salir con autonomía, desarrollando su actividad motriz.

 

Conviene también incluir objetos de diversas texturas, pesos, sonidos y colores que activen todos sus sentidos e inviten a la exploración sensorial mediante el contacto manual y bucal. Asimismo, poder contar con mobiliario, juguetes y elementos a su altura estimulará la prensión y las habilidades de coordinación tempranas.

 

La metodología Montessori en esta primera etapa busca proveer un entorno enriquecido que, a través de abundantes estímulos sensoriales y motrices, permita al bebé conocerse a sí mismo y aprender del mundo que le rodea partiendo de la experimentación activa.

Adaptación a la etapa preoperacional

De 2 a 7 años, necesitan materiales que estimulen los sentidos, el lenguaje y el juego simbólico:

• Rincones temáticos (cocinita, disfraces...) para el juego representativo. Cuentos, marionetas, títeres para desarrollar el lenguaje narrativo. Rompecabezas, construcciones, clasificaciones para la lógica concreta.

• Láminas de vocabulario asociado a objetos reales.

• Cajas sensoriales para experimentar con materiales diversos.

• Cama accesible para recrear escenas y escenarios imaginativos.

Adaptación a la etapa de operaciones concretas

Los niños de 7 a 11 años se encuentran en la etapa de operaciones concretas, donde su pensamiento se vuelve más lógico y pueden realizar razonamientos aplicados a objetos reales de forma sistemática. 

 

Por ello, en estas edades la pedagogía Montessori incorpora materiales manipulables como el ábaco o relojes de fracciones que les permiten aprender conceptos abstractos partiendo de la experiencia tangible. También se potencian las actividades experimentales con lupas, imanes o prismas para que comprendan diversos fenómenos a través de la observación y la inducción.

 

Asimismo, se introduce el trabajo con clasificaciones más complejas y series lógicas para desarrollar su razonamiento inductivo. Y se asocia toda información nueva a vivencias y conocimientos previos que resulten significativos. 

 

Además, dado el aumento de sus habilidades psicomotoras, se incorporan actividades artísticas y juegos motrices que estimulen su creciente destreza. Y se habilitan espacios flexibles para proyectos cooperativos con sus iguales, potenciando el trabajo en equipo.

Más adelante, a partir de los 12 años, cuando acceden al pensamiento hipotético y abstracto, la metodología Montessori evoluciona hacia trabajos de investigación, debates éticos, proyectos multimedia y retos de pensamiento crítico que sigan facilitando un aprendizaje activo y adaptado a sus capacidades cognitivas.

 

La metodología Montessori propone un enfoque educativo basado en la adaptabilidad. Hay que ajustarse no sólo a las capacidades individuales de cada alumno, sino también a la etapa cognitiva por la que transita. Solo así estaremos brindando una estimulación realmente adecuada y un ambiente de aprendizaje óptimo en cada momento de su desarrollo.

 

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