
La cama Montessori potencia la psicomotricidad infantil con actividad y espacio libre
Cómo las camas Montessori pueden ayudar al desarrollo psicomotor del niño
El desarrollo psicomotor es un proceso evolutivo mediante el cual el niño adquiere habilidades de coordinación, motricidad, equilibrio y destreza corporal. Se trata de una etapa clave para potenciar al máximo sus capacidades físicas y cognitivas.
Por ello, es importante proporcionar un entorno estimulante y materiales adecuados que faciliten cada nuevo hito motor. En este sentido, la cama Montessori ofrece grandes ventajas para apoyar el desarrollo psicomotor infantil.
Características de la psicomotricidad
Antes de ver cómo la cama Montessori favorece esta área, repasemos brevemente en qué consiste la psicomotricidad:
• Coordinación motora: capacidad para realizar movimientos y gestos de forma coordinada y eficaz.
• Equilibrio: mantener el control postural en diferentes posiciones y movimientos.
• Esquema corporal: conocimiento de las diferentes partes y posibilidades del cuerpo.
• Lateralidad: dominio y preferencia en el uso de un lado del cuerpo sobre el otro.
• Motricidad gruesa: movimientos amplios que implican grandes grupos musculares.
• Motricidad fina: movimientos de precisión que requieren gran control y destreza.
Cómo la cama Montessori ayuda en esta etapa
Los principios Montessori buscan adaptarse a las etapas sensibles de aprendizaje del niño. Por ello, una cama diseñada bajo esta filosofía aporta grandes beneficios al desarrollo psicomotor. En primer lugar, favorece la autonomía del niño al permitirle entrar y salir con libertad gracias a su altura y ausencia de barandillas. Esto hace que pueda moverse independientemente, fortaleciendo su autoestima y confianza.
Además, las acciones de subir, bajar y pasar su cuerpo por el espacio de la cama suponen todo un reto motor que refuerza la coordinación y el equilibrio del pequeño. De esta forma, se trabaja intensamente la motricidad global.
Asimismo, el espacio abierto en torno a la cama invita al movimiento, por lo que el niño podrá correr, saltar y trepar con total libertad y seguridad. Se promueve así la actividad física tan necesaria para el desarrollo corporal.
Por otro lado, actividades cotidianas como hacer la cama o jugar con almohadas y objetos sobre ella exigen control y precisión en los gestos, estimulando la motricidad fina y el dominio corporal.
Finalmente, el contacto con materiales naturales como la madera, las telas de algodón y las almohadas de látex despiertan el tacto del pequeño, ayudando a construir una mejor percepción de su cuerpo.
Todos estos beneficios hacen de la cama Montessori un elemento ideal para facilitar la exploración corporal y el progreso motor durante la infancia.
Principales hitos del desarrollo psicomotor
Además de un entorno facilitador, es importante conocer los hitos motores de cada edad para potenciarlos correctamente:
De 0 a 1 año:
• Volteo y giro (3-5 meses)
• Sedestación sin apoyo (5-8 meses)
• Gateo (8-12 meses)
• Ponerse de pie (9-12 meses)
• Primeros pasos (9-18 meses)
De 1 a 3 años:
• Caminar, correr, saltar, subir escalones
• Lanzar y patear pelotas
• Garabatear, ensartar cuentas
• Coger objetos con pinza
• Habilidades de autoayuda: vestirse, comer solo
De 3 a 6 años:
• Salto con pies juntos
• Carreras más coordinadas
• Recortar, dibujar formas
• Botar y atrapar pelotas
• Montar en triciclo
• Equilibrio sobre un pie (5-6 años)
Por tanto, la cama Montessori, adaptada a cada etapa, ayuda a afianzar los hitos motores a través del movimiento libre y la exploración sensorial en un espacio preparado que invita al niño a descubrir su cuerpo y posibilidades de acción. La psicomotricidad sienta las bases para el desarrollo integral por lo que es importante estimularla desde edades tempranas.